Por María Isabel Martínez Rocha
Las mujeres mexicanas estamos viviendo en constante temor por la desaparición forzada de familiares, vecinos, amigos. El temor es más patente al conocer las cifras de las mujeres que salieron de sus casas por diversos motivos – rumbo o de vuelta a la escuela, trabajo, fiesta, hospital, etcétera- y ya no regresaron. “Tan solo de enero a octubrede 2022, 6 mil 256 de ellas no volvieron a sus hogares, resalta que la mayoría de estas mujeres tenían entre 15 y 24 años”[1] Según cifras del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO). Ante esta realidad, como mujeres cristianas que participamos en Comunidades Eclesiales de Base (CEB), buscamos desde nuestros lugares y contextos incidir de manera que se revierta la situación en condiciones que favorezcan nuestras vidas y las de las personas que nos rodean.
En la Iglesia católica mexicana las mujeres aportamos más en los trabajos de aseo, colecta, catequesis infantil y juvenil, pre sacramental y otras. Somos las mismas que trabajamos en las escuelas y en las casas, haciendo labores que tradicionalmente se asignan a nuestro sexo, las más de las veces en calidad de subordinación y sin paga. Somos las mujeres de la base. Es decir, mujeres que con pocos recursos económicos, bajo nivel de escolarización, viviendas con mínimo de servicios, transporte deficiente y caro, sacamos adelante a nuestras familias.
En la década de los 70´s, La Teología de la Liberación trajo un cambio revolucionario en la Iglesia. Volcada a los pobres y con el surgimiento de las Comunidades Eclesiales de Base, propició procesos de concientización, de los cuales muchas de las mujeres en CEB somos herederas. A algunas de nosotras nos llegó el mensaje y fuimos más allá de solo hacer actividad religiosa[2]. Nos involucramos junto con otras mujeres en acciones por el bien común de nuestros pueblos, rancherías y colonias: la defensa del agua, la tierra; lucha y gestión por alcanzar servicios de urbanización, agua, drenaje y luz. Así también el impulso de cooperativas de ahorro; huertos y comedores en común; talleres de costura, casa de salud y medicina alternativa entre otros. Por otra parte, accedimos a estudios superiores y profesionales con licenciatura, maestría y doctorado.
Los procesos de concientización en la comunidad eclesial de base y los contactos con otras mujeres activistas comprometidas por el bien común –las feministas – a las que varias mujeres en CEB nos sumamos, nos colocan dentro del feminismo comunitario -eso no lo sabíamos, ahora ya lo vamos descubriendo-.
Entre los años 2002-2010, en la Planeación Estratégica Nacional para las CEB de México, se acordó un objetivo estratégico en torno a la Equidad de Género. Nos logramos articular en regiones del norte, centro y sur a través de talleres y encuentros, así es que conformamos un equipo de mujeres al servicio de las mujeres en CEB y otras mujeres de fe.
A partir del 2010 nos hemos capacitado en Teología Feminista. Es desde este proceso que llegamos a converger, dialogar e incidir en la transformación de nuestra realidad a la luz de la reflexión Bíblica y la Teología.
Por otra parte también somos activistas feministas. No todas las mujeres que participan en las CEB se asumen feministas, más sin saberlo, ¡ya lo son! Hacemos feminismo comunitario con espiritualidad cristiana. Algunas hemos logrado descubrir que hay un enemigo a vencer: el Sistema Patriarcal y contra el machismo; que nuestra lucha no es biológica, sino política.
Además de los espacios de reflexión teológica, nos sumamos a acciones reivindicativas por los derechos humanos y particularmente por los derechos de las mujeres. Las integrantes del equipo somos parte de la Red de Teólogas Pastoras, Activistas y Lideresas Cristianas. Algunas hemos sido funcionarias públicas y desde ahí impulsamos acciones por la no violencia y nos sumamos a las agendas públicas por los derechos de las Mujeres. Otras estamos inmersas en El Frente Nacional Feminista, por tanto nuestra práctica no solo es en el ámbito eclesial.
Desde los espacios de Mujeres en Comunidades Eclesiales de Base (CEB) vamos reflexionando y confrontando la teología patriarcal con temas que nos afectan como mujeres, que a la vez tocan el conjunto de las personas con las que cotidianamente convivimos. Lo que más hemos reflexionado es sobre las violencias física, psicológica, económica y más recientemente sobre la violencia institucional. Esta última es la primera gran violencia, visualizarla nos lleva a contribuir en su disminución y/o eliminación paulatina.
En México, derribar barreras confesionales es un gran reto. Somos mayoritariamente una nación que profesa la religión católica, lo que hace que la jerarquía ejerza fuerza en el Estado mexicano, sobre todo cuando desde las organizaciones civiles se impulsan políticas públicas en favor de los derechos de las mujeres que no van acordes con el canon, aun cuando se diga que es un Estado laico. Considero que derribar barreras a nivel de cúpulas es un trabajo arduo y lo vamos haciendo desde lo micro. Para las mujeres en CEB, el ecumenismo ha contribuido a derribar barreras eclesiales. Reflexionar la teología con mujeres de otras religiones nos enriquece.
El diálogo y la convergencia sobre la realidad de violencia que vivimos las mujeres, rompe con poner por delante las religiones, nos unen en la búsqueda de justicia social, nos comprometen en un discusión de ética y justicia social y defensa de derechos humanos. Alonso Gonçalves dice que, toda teología que busque su inserción en la sociedad tiene carácter público. Que el desafío trazado por la Teología Pública,…es derribar barreras confesionales – ya querequiere diálogo con otros segmentos sociales y teológicos – y barreras eclesiales. Y que el reto es: converger, dialogar y adaptarse[3] Esto se materializa en los espacios que nos encontremos, casa, calle, colonia, trabajo, escuela, iglesia, gobierno.
Converger, dialogar y adaptarse
Conformar grupos y círculos de mujeres haciendo reflexión teológica a partir de los contextos propios, son parte de nuestra actividad desde hace 26 años. Actividad que se ha fortalecido en los últimos 14 años y más recientemente del 2020 a marzo de 2023.
Converger, dialogar y adaptarse se explica a partir de la sororidad[4]. Fortalecer los espacios que hemos logrado, converger y dialogar con otros espacios, grupos, organizaciones públicas y privadas más allá de los espacios meramente religiosos.
Algunos de los pasos que seguimos como proceso transformador que contribuye a una vida libre de violencia son:
- Formación permanente en teologías feministas críticas de la liberación
- Formación especializada en Violencia de Género
- Encuentros Físicos , virtuales e híbridos con momentos lúdicos
- Celebraciones litúrgicas en nuestras iglesias y ecuménicas
- Replicar talleres
- Participación en acciones reivindicativas y Políticas Públicas.
- Acompañamiento comprometido a las víctimas de violencia
- Toda acción tendrá como primera beneficiaria a cada una de nosotras.
María Isabel Martínez Rocha
Actualmente es Coordinadora del Equipo de Mujeres en CEB de México, Integrante de TEPALI y del Frente Feminista Nacional. Participa en las Comunidades Eclesiales de Base (CEB) desde 1975. Ha sido la primera Coordinadora del Consejo de su Parroquia “Cristo de las Bienaventuranzas” . Fue Animadora de CEB en 7 Diócesis y en los Equipos Nacionales de Asesores y de Mujeres en México.
[1] https://cimacnoticias.com.mx/2022/08/30/mexico-suma-26-mil-mujeres-desaparecidas-dia-internacional-de-las-victimas-de-desaparicion-forzada#gsc.tab=0.
[2] Actividades religiosas como: acudir los domingos a misa, hacer colectas y kermeses, dar catequesis infantil,
entre otras.
[3] Alonso Gonçalves, Teología pública: entre la construcción y la posibilidad práctica de un discurso.
[4] «agrupación que se forma por la amistad y reciprocidad entre mujeres que comparten el mismo ideal y trabajan por alcanzar un mismo objetivo»… Lagarde la define como «una forma cómplice de actuar entre mujeres» y considera que es «una propuesta política» para que las mujeres se alíen, trabajen juntas y encabecen los movimientos. https://efeminista.com/sororidad-mujeres/.
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