LA REDENCIÓN DEL CUERPO COMO EJE FUNDANTE DE LA ESPERANZA

El cuerpo en perspectiva histórica y teológica

Por Claudia Chaurra

Para iniciar esta reflexión sobre el cuerpo, es necesario acercarnos a una definición sobre el mismo, donde encontraremos aportes de diferentes ciencias que nos acercan a su realidad. Aunque es lo más cercano y palpable que tenemos, hay un sesgo muy marcado desde el ámbito cultural y religioso, que ha generado que se asuma la corporeidad como obstáculo de realización y trascendencia.

Regularmente se piensa que simplemente “tenemos un cuerpo”, sin embargo, esto ha sido tema de discusión antropológico, llevando a plantear que no solo tenemos uno, sino que “somos un cuerpo”, es decir, somos una unidad en sí misma que supera los límites de la materialidad y se configura como lugar privilegiado de creación, humanización y relación con todo aquello que lo rodea.  Según los idearios colectivos de la Grecia Clásica, el Medioevo, el renacimiento-Barroco y la sociedad contemporánea, se ha relacionado metafóricamente con elementos tales como:  cosmos, cárcel, máquina o mercancía, de manera respectiva, siendo el concepto de “cárcel” del alma el imaginario más marcado, reflejando así una herencia helenista muy fuerte que ha sido asumida a lo largo de la historia y que ha generado una visión fragmentada de lo que realmente somos, asumiéndolo como algo condenable, que está destinado a la  marginación, el desprecio e inferioridad.

Ivone Gebara, teóloga brasileña, insiste que la reflexión sobre el cuerpo – la carne humana, siempre ha estado exiliado como reflexión positiva, se le ha exiliado de la teología misma y relacionado como un obstáculo para lo divino. Esto ha generado que se convierta en el lugar de la manifestación de los miedos, en especial de la culpa, del dolor, odios y persecuciones , realidad que se potencia si se habla de un cuerpo femenino, ya que se relaciona, según el mito de la creación en el Génesis, como un segundo cuerpo creado y un deseo de otro cuerpo, que tienta y conduce al pecado, condenando a la humanidad  al destierro, el sufrimiento y la muerte. En este sentido Eva, representa para la teología, la “caída” y el “mal” en sí mismo, que solo a través de la maternidad se incorpora a la pareja, imagen de Dios, según el pensamiento de san Agustín.

Esta interpretación androcéntrica y patriarcal, ha hecho mucho daño en la relación a la visión sobre la mujer,  por esto mismo la teología y la moral hecha por hombres solo podía concebir demonios con cara de mujer, relacionándola con el sexo y la sexualidad y en el rechazo de ambas, rechazándola a  ella también.  A este sentimiento intenso de pecado, desde el ámbito religioso, se ligó el deseo profundo de purificación, por ende, vinieron las indulgencias, las confesiones, las penitencias, las flagelaciones y romerías, la culpa acusaba al cuerpo, había más pecados pero todo se reducía a él y aquellas que se revelaban en sus ideas y acciones, fueron castigadas con su propio cuerpo a través de violaciones, abusos, señalamientos, persecuciones, condenas y asesinatos, se las tildaba de “brujas”, “hijas del mal y de la oscuridad”, cuando lo único que hacían eran expresarse y defender su vida de las injusticias y la desigualdad que iban tomando cada vez más fuerza.

De esta manera  se comprende que  los cuerpos  han  asumidos  como objeto de dominación, instrumentalización, señalamientos y experiencias que han desvirtuado su esencia. Por ello,  Seibert expresa que el cuerpo trae consigo una historia de desencuentro, de dominación, de negación, de dualismos,  de jerarquías y ha sido controlado – dominado  en relación al placer, a la reproducción, al trabajo, al servicio y al compromiso. 

Toda la humanidad ha estado expuesta a ello, sin embargo, quienes han sufrido con mayor fuerza este flagelo, han sido los cuerpos femeninos, que han enfrentado y se enfrentan en la actualidad, a sistemas e ideologías que las convierte en blanco de opresión mayor; han sido objeto opresión e injusticia,  ejerciendo sobre ellas diferentes tipos de violencia que hacen pender de un hilo su dignidad, experimentando con mayor  frecuencia la explotación laboral, abusos sexuales, desplazamientos forzados, trata de personas, pobreza, exclusión, silenciamientos y feminicidios que suelen quedarse en la impunidad.

En este sentido y en concordancia con Ellacuría y Sobrino en relación las víctimas de la historia y el pueblo crucificado,  los cuerpos femeninos representan esta realidad,  comprendiendo que viven potencialmente muerte, en especial, si son mujeres pobres, viudas, madres cabeza de hogar, de avanzada edad, con limitaciones de salud y movilidad, afrodescendientes, indígenas, campesinas, extranjeras o con una orientación sexual diversa. Son quienes han cargado cruces individuales, colectivas y de pueblos enteros, afrontando la realidad histórica del tercer mundo. Algunas de ellas experimentan como lo escribe Sobrino la muerte lenta de la pobreza, la muerte rápida y violenta, por causa de la represión y de las guerras o la  muerte indirecta, pero eficaz, cuando se les priva incluso de sus culturas para someterlas, debilitarlas en su identidad y hacerlas más indefensas.

A nivel de la tradición eclesial, las mujeres han sido blanco de marginación dentro de la misma estructura patriarcal y jerárquica, ya que son ellas las que integran y lideran con mayor fuerza los procesos pastorales, pero siempre se les ha excluido de algunos ministerios “exclusivamente masculinos” y se le ha señalado como se mencionó anteriormente, como fuente de pecado. En este sentido, Gebara indica que las iglesias tienen miedo a los cuerpos femeninos, temen abrirle paso porque esto exigiría una nueva organización del espacio y del poder “sagrado. Es por esta misma razón, que cuando ellas han reclamado  la  participación, el reconocimiento y la igualdad,  sus luchas han sido tildadas de escandalosas y por ende silenciadas.

Esto representa, ya no un simple llamado, sino un grito de auxilio, para reconocer, rescatar, resignificar y salvar los cuerpos femeninos en medio de las diversas manifestaciones del mal encarnado.  Gebara lo escribe “Si del cuerpo parten todos los problemas, de allí mismo deben converger todas las soluciones” por tanto, existe la posibilidad de redimirlo y darle el lugar que se merece.  Bajo este panorama, podemos decir que en el momento en que la iglesia, exorcice los miedos que tiene con los cuerpos, dará cabida a nuevas dinámicas integradoras, que defiendan ante todo la vida, la dignidad y configure con ello,  una experiencia de resurrección en medio de la adversidad.

Un elemento muy significativo de todas estas vivencias, es que los cuerpos femeninos crucificados en medio de una realidad histórica adversa, no se quedan quietos, hay una fuerza vital en ellos, que les permite buscar salidas y convertir la “fragilidad” y el sufrimiento, en valentía, resistencia, encuentro y libertad. Las muertes de tantas mujeres, al mismo estilo del resucitado, se convierten en germen e impulso para el cambio y para la paz. 

Claudia Lorena Chaurra Romero. Teóloga colombiana. Vive y escribe desde  Cali- Colombia. Es licenciada en filosofía y ciencias religiosas, con maestría en teología latinoamericana.

Mujeres Haciendo Teología en África

Las 10 teólogas africanas que debes conocer

Por Yenny Delgado y Aline Frutuoso

En los estudios teológicos contemporáneos, la voz y el impacto de las teólogas africanas han sido fundamentales en la redefinición de paradigmas religiosos y éticos en todo el mundo. Sus contribuciones no solo enriquecen la teología con perspectivas históricamente marginadas, sino que también desafían y transforman las estructuras de poder dentro de las comunidades de fe.

El trabajo teológico de las mujeres visibiliza y denuncia, así como investiga y enseña en favor de la justicia social para comprender las intersecciones entre prácticas espirituales, construcciones de género, sexo, etnicidad y justicia social, que se entrelazan para profundizar y enriquecer la reflexión teológico de las mujeres.

A continuación, les presentamos a las 10 teólogas africanas más inspiradoras. Cada una de ellas no solo amplía el canon teológico, sino que también motivan y capacitan a una nueva generación de académicas y creyentes a pensar críticamente sobre el quehacer teológico de las mujeres en el corazón de la iglesia y sociedad.

  1. Mercy Amba Oduyoye (Ghana)

Mercy Amba Oduyoye, nacida en Ghana en 1933, es una académica, teóloga y activista conocida como la “madre de las teologías de las mujeres africanas”. Fue educada en las escuelas metodistas y luego cursó estudios en la Facultad de Tecnología Kumasi. Obtuvo su maestría en Teología Sagrada de la Universidad de Cambridge. Oduyoye ha sido la primera mujer en África en obtener un título universitario en Teología y con esta formación enseñó en diversas universidades en África, como Ciudad del Cabo y Nairobi. Además, ha sido profesora visitante en la Universidad de Ghana y en instituciones en los Países Bajos, Sudáfrica y Estados Unidos.

Es fundadora del Círculo de Teólogas Africanas y directora fundadora del Instituto de Mujeres en Religión y Cultura del Seminario Teológico Trinity en Legon, Ghana. Ha logrado avances significativos en las discusiones teológicas y éticas contemporáneas. Mercy, es una teóloga influyente en la comprensión de la espiritualidad africana y la defensa de los derechos de las mujeres.

Publicaciones:

 “Cuentas e hilos: reflexiones de una mujer africana sobre el cristianismo en África”.

  1. Musa W. Dube (Botsuana)

Musa W. Dube es una académica, teóloga y activista de Botsuana. Obtuvo su doctorado en Nuevo Testamento de la Universidad de Vanderbilt en Nashville, Estados Unidos. Musa es profesora de Nuevo Testamento en la Universidad de Botsuana y es ampliamente reconocida por sus contribuciones a la teología feminista y poscolonial. Su trabajo sobre la interpretación bíblica desde una perspectiva africana ha sido influyente en entornos académicos y prácticos. Es la coordinadora general del Círculo de Teólogas Africanas Preocupadas. Sus contribuciones a la descolonización de la teología y su defensa de la justicia de género han logrado avances significativos en las discusiones teológicas y éticas contemporáneas. Ganadora del Premio Gutenberg de Ensino (2017) de la Universidad de Gutenberg, Alemania.

Musa tiene una labor ardua y consistentemente en la intersección de género, raza, etnia e ideología colonial y su impacto en la producción y uso de textos bíblicos en la historia. Exploró formas de leer la Biblia para una respuesta eficaz en el contexto del VIH/SIDA, integrando el género y desafiando las instituciones teológicas a revisar su currículo. Es miembro activo de la Iglesia Metodista Unida y de la Sociedad de Literatura Bíblica.

Publicaciones:

“Interpretación feminista poscolonial de la Biblia”. (Chalice Press, 2000)

“La Biblia sobre el VIH y el SIDA: algunos ensayos seleccionados”. (Scranton Press, 2008)

3. Isabel Apawo Phiri (Malauí)

Isabel Apawo Phiri es una académica, teóloga y activista malauí. Obtuvo su doctorado en Teología de la Universidad de Cambridge, Reino Unido. Phiri es conocida por su trabajo en teología feminista africana, estudios de género y justicia social en el contexto africano. Ha trabajado en diversas instituciones académicas y es ampliamente reconocida por sus contribuciones a la teología y su defensa de los derechos de las mujeres.

Es Secretaria General Adjunta para Testimonio Público y Diaconía por el Consejo Mundial de Iglesias. Profesora de Teología Africana y decana de la Escuela de Religión, Filosofía y Clásicos de la Universidad de KwaZulu-Natal. Isabel es una figura prominente en la teología africana contemporánea, y su trabajo ha sido fundamental para avanzar en las discusiones sobre género y religión en África.

Publicaciones:

“Mujeres africanas, religión y salud: ensayos en honor a la misericordia” (Coeditora).

  1. Musimbi Kanyoro (Kenia)

Musimbi Kanyoro es una académica, teóloga y activista keniana. Obtuvo su doctorado en Teología Feminista en el Seminario Teológico de San Francisco, Estados Unidos. Musimbi es reconocida por sus importantes contribuciones a la teología feminista africana y por su incansable trabajo en defensa de los derechos de las mujeres y la justicia social. Ha ocupado cargos de liderazgo en varias organizaciones internacionales y sigue siendo una voz influyente en el campo de la teología y los estudios de género.

Fue directora ejecutiva de la Asociación Mundial de Mujeres Jóvenes Cristianas (YWCA) y, secretaria general de la Federación Luterana Mundial por varios años. Ha sido una figura clave en la promoción de la justicia de género y los derechos de las mujeres tanto en contextos religiosos como seculares. Su trabajo ha abordado temas críticos como la salud, los derechos reproductivos y el empoderamiento de las mujeres

Publicaciones:

“Presentación de la hermenéutica cultural feminista: una perspectiva africana”.

  1. Oluwatomisin Olayinka Oredein (Nigeria)

Oluwatomisin Olayinka Oredein es una académica y teóloga nigeriana. Obtuvo su doctorado en Teología y Estudios de Género en la Universidad de Duke, Estados Unidos. Oredein es reconocida por sus contribuciones a la teología feminista africana y por su trabajo en la intersección de género, raza y religión en contextos africanos y diaspóricos. Ha enseñado en varias instituciones académicas y es una voz respetada en los estudios teológicos contemporáneos.

Ganadora inaugural del Premio Notre Dame Press por su libro: “A Teologia da Misericordia Amba Oduyoye: Ecumenismo, Feminismo e Práctica Comunal”. Recibió el premio Louise Clark Brittan Endowed Docente de Excelencia en Ensino. Ha abordado críticamente la teología desde perspectivas mujerista y poscoloniales. Su trabajo ha influenciado la comprensión de cómo las identidades de género y raciales afectan las prácticas religiosas y teológicas

Publicaciones:

“Teo poética en color: enfoques incorporados en el discurso teológico”.

6. Léocadie Lushombo (Congo)

Léocadie Lushombo es una teóloga consagrada, miembro de la Institución Teresiana. Obtuvo su Doctorado en Ética Teológica en Boston College, Estados Unidos, y posee varias maestrías en ética teológica, desarrollo sostenible, y economía y desarrollo. Su área de investigación principal es la ética cristiana, con un enfoque en teología política, teología decolonial y de la liberación, economía y pensamiento social católico, ética teológica africana e inculturación, no violencia y ética de la paz justa. Es consultora y formadora en temas de justicia, paz y género en África Central y Abya Yala.

Publicaciones:

Una ética cristiana y africana de la participación política de las mujeres: vivir como seres resucitados” (2023).

“Teologías de las mujeres africanas” (2023).

7. Kate Coleman (Ghana)

Kate Coleman es teóloga y ministra. Nació en Ghana y se trasladó a Inglaterra, donde se convirtió en la primera mujer africana en ser ministra bautista acreditada y ser ordenada. Más tarde, se convirtió en la primera mujer africana presidenta de la Unión Bautista (2006-2007).

Fundó Next Leadership, una organización dedicada a desarrollar el liderazgo en diversos ámbitos y sobre todo en la iglesia. En 2017 fue reconocida como una de las 20 mujeres líderes cristianas negras más influyentes del Reino Unido.

Publicaciones:

“7 pecados capitales de las mujeres en el liderazgo” (2010).

8. Elizabeth W. Mburu (Kenia)

Elizabeth W. Mburu es una teóloga keniana que ejerce como profesora de Nuevo Testamento y griego en la International Leadership University, África International University y Pan África Christian University en Nairobi. Obtuvo una Maestría en Divinidad de la Escuela Internacional de Teología de Nairobi y una Maestría en Teología Sagrada del Seminario Bautista del Noroeste. Completó su doctorado en Nuevo Testamento en el Southeastern Baptist Theological Seminary en los Estados Unidos.

Actualmente es profesora de Nuevo Testamento y griego en varias universidades de Nairobi.

Publicaciones:

“Hermenéutica africana” (2019)

“Qumran y los orígenes del lenguaje y el simbolismo juaninos” (2010).

9. Loreen Maseno. (Kenia)

Loreen Maseno obtuvo su doctorado de la Universidad de Oslo, Noruega, en un programa académico interdisciplinario que cubre estudios de parentesco, teología y género. Su investigación de posgrado se centró en estudios etnográficos entre el pueblo Abanyole de la zona rural del oeste de Kenia.

Tras su regreso a Kenia, se enfrentó a un acceso limitado a bases de datos en línea, pero el programa HRAF Global Scholars le brindó acceso a un extenso depósito de información etnográfica y arqueológica, el cual utiliza para citas en publicaciones de investigación y para impartir cursos de posgrado. Es profesora titular del Departamento de Religión, Teología y Filosofía de la Universidad de Maseno.

Publicaciones:

“Mujeres dentro de las religiones: patriarcado, feminismo y el papel de mujeres en religiones mundiales seleccionadas”  (2019).

10. Teresa Okure (Nigeria)

Teresa Okure es una monja católica nigeriana y la primera africana en convertirse en miembro de la Compañía del Santo Niño Jesús. Es profesora residente del Departamento de Teología Bíblica del Instituto Católico de África Occidental en Port Harcourt, Nigeria, donde enseña Nuevo Testamento y Hermenéutica de Género desde 1999. Obtuvo su doctorado en la Universidad de Fordham y fue mencionada como posible candidata para el nombramiento de cardenal por el Papa Francisco en 2013.

Decana académica y decana de asuntos estudiantiles en el Instituto Católico de África Occidental. Miembro de varias asociaciones teológicas y bíblicas nacionales e internacionales. Presidenta fundadora de la Asociación Bíblica Católica de Nigeria. Reconocida biblista con numerosas conferencias impartidas.

Publicaciones:

Es Coeditora de la serie de comentarios bíblicos “Texts @ Contexts” (2010-) y “Global Bible Commentary” (2004).

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Aline Frutuoso

Economista y teóloga brasileña. Estudiante de Doctorado en Ciencias Religiosas en la Pontificia Universidad Católica de São Paulo. Miembro del Movimiento Evangélico Negro y de la Red Teomulher. Escribe sobre teología feminista negra, mujerismo y descolonización.

Yenny Delgado

Psicóloga y teóloga peruana. Es candidata doctoral en Psicología de la Religión en la Universidad de Lausana. Es convocante de Mujeres Haciendo Teología en Abya Yala y directora de Publica Theology. Escribe sobre teología publica, mujerismo y feminismo descolonial.